La Historia
16 de Abril de 1920
Mientras el mundo convalecía de la primera gran guerra que había desangrado, una vez mas, el viejo solar europeo, este país nuestro vivía otra de esas etapas de convulsión política y social que acabaría, esta vez, con la monarquía constitucional de Alfonso XIII.
En este escenario general, también estaban dispuestos los actores locales en un pequeño y plácido valle de la montaña santanderina, representando la obra de sus afanes diarios y la forja de un horizonte de futuro. Era el día de Santo Toribio, y eso en Liébana es una fecha muy relevante, pues abre el ciclo anual del calendario religioso y laboral.
Su presencia vino a dar compañía y continuidad a la saga familiar que había quedado interrumpida por que su moradora, doña Marcelina, por causa de su virtuosa soltería no tuvo descendencia.
Doña Marcelina había llegado a la casa desde Villaverde para continuar la estirpe familiar, ya que sus tíos Ramón Gutiérrez y Manuela Díez tampoco tuvieron descendencia.
Ese mismo año, el 25 de noviembre, doña Mercedes contrae matrimonio con un joven preparado y prometedor: don Domingo Campollo, integrante de una numerosa y desahogada familia de Vejo, y fijan su residencia familiar en la casa de los Diez en Enterrías.
Los años 20
Los primeros años del proyecto vital del matrimonio los dedican con entusiasmo a acondicionar su hogar: Remozaron y ampliaron la vivienda familiar elevando una torre por el viento norte; adosan un ala vividera a poniente; recrecen al saliente la galbareta y la socarreña; construyen la hornera a la que adosan el pozo de riego, con su propia traída, y el lavadero; y culminan las obras cercando la huerta y plantado frutales.
Entretanto, el núcleo familiar se va conformando con la incorporación de nuevos miembros. A la presencia inicial de la tía Marcelina, se van uniendo sucesivamente los retoños de la pareja: primero una niña, Palmira, y posteriormente dos varones, Javier y Antidio.
La trágica pérdida del patriarca de la familia va a suponer un giro radical en nuestra incipiente historia. La joven viuda y los tiernos infantes huérfanos van a ser prontamente arropados por toda la familia: Las hermanas de doña Mercedes, Irene y Luz, se mudan desde Barrio a la casa de Enterrías, al igual que su hermano Tomás.
También los hermanos de don Domingo, tanto los que permanecen en la casa familiar de Vejo como aquellos que han emigrado y han hecho fortuna en Cuba, acuden prestos a sostener emocional y económicamente a la familia.
El suceso conmociona al valle, que ha perdido a su secretario municipal, y sume en la melancolía a la madre viuda, sentimiento que se agudiza sólo tres años después, en 1929, cuando fallece la anciana tía Marcelina, que la lleva al confinamiento de por vida entre las paredes de esta casa.
La Guerra Civil española
Cuando a mediados de los años 30 la controversia político-social deriva en contienda armada, al igual que el resto del país, la vida cotidiana de la familia de doña Mercedes conformada ahora con sus tres hijos adolescentes, sus dos hermanas solteras y el secretario, sufrió un nuevo vuelco.
Con el desmantelamiento del frente de San Glorio, en septiembre de 1937, la familia recupera su casa y una vez finalizada la guerra civil el núcleo familiar se recompone con la reincorporación del excombatiente.
Los años de postguerra
Mediada la pasada centuria, los desposorios, los estudios infructuosos y prolongados o la ocupación laboral en la capital alejaron la descendencia de su progenitora y tutor, quedando doña Mercedes y don Tomás en mutua compañía como únicos moradores permanentes de esta casa.
Son tiempos duros de autarquía económica, pero la hacienda, plena de actividad hasta entonces, decae por falta de brazos. Los planes de desarrollo cogen ya a nuestros protagonistas en una fase de madurez y las innovaciones productivas no van mucho más allá del nitrato de Chile y la manzana Golden.
El fallecimiento de doña Mercedes en 1982 y el traslado de su hermano don Tomás a vivir con su sobrina de Ojedo, hasta su defunción en 1985, apagó el hogar de esta casa durante un cuarto de siglo, reavivado únicamente en las visitas vacacionales de sus hijos y nietos de Madrid.
Este capítulo se cierra el día 28 de diciembre de 2009, día de los Santos Inocentes, cuando una resolución judicial culmina un procedimiento sucesorio que duró 15 años. A partir de esta fecha se inicia una nueva etapa en la casa de la que prometemos teneros puntualmente informados.